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Entrevista con el actor Coan Gómez

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Actor, profesor de interpretación, escritor y dramaturgo. Coan Gómez es un profesional en pleno crecimiento, en plena ebullición, que como él mismo nos cuenta, empezó en el mundo de la interpretación por casualidad, pero con fuerza. Una casualidad que ha eclosionado en veinte años de carrera, centrada en el teatro principalmente, y en la que acumula más cincuenta obras e incontables representaciones por toda la geografía española. Coan Gómez, también ha participado en series de televisión y se ha dejado seducir por el séptimo arte, formando parte de varios largometrajes nacionales. Actualmente, compagina la actuación con su labor como docente de interpretación. Una tarea a la que lleva dedicados 10 años. 

En Cóctel Art Magazine hemos tenido la oportunidad de conocerle mejor a través de una larga charla, en la que además no ha presentado su faceta más secreta, como dramaturgo y escritor. El actor acaba de publicar su segundo libro “21 Microteatros para dar el cante”, que se suma a su primera novela “Número PUK”. Un artista polivalente, con una larga trayectoria a sus espaldas que os descubrimos en esta entrevista.

¿Cómo empezaste tu carrera artística?

Del modo más casual e inesperado. Yo tenía diecisiete años y nunca había pensado en dedicarme a la interpretación, ni a nada relacionado. Había dejado mis estudios, no lo consideraba mi fuerte. Era camarero en un bar al que, semanalmente, acudía un divertido grupo de estudiantes de teatro con su profesora. Un buen día, empezaron a presionarme para que fuera a una de sus clases, fui y ellos se convirtieron en compañeros y su maestra, la dramaturga y directora cubana Karla Barro, en mi querida “maestrica”. Y desde ese día, hasta ahora.

Cine, teatro, televisión, has tenido la oportunidad de trabajar en todos esos medios, ¿cuál crees que es más ingrato? ¿cuál el más apetecible?

Difícil pregunta. Opino que los que formamos parte de este mundo, somos como una “rara avis” que se mueve con soltura entre lo apetecible y lo ingrato, porque siempre apetece trabajar y siempre existe la incertidumbre de si el trabajo con el que toca lidiar, dará los frutos esperados o será ingrato y desagradecido.

Los rodajes de cine se hacen eternos y no siempre son rentables. Las grabaciones de televisión son atropelladas y piden total dedicación. Y el teatro es exigente y puede jugarte una mala pasada. No obstante, el cine convierte tu trabajo en magia sobre una pantalla gigante, la televisión te transforma en un personaje reconocido capaz de entrar en todas las casas, y el teatro te vuelve de carne y hueso, de forma que te permite alcanzar el corazón de cada espectador con la yema de los dedos. Definitivamente…, agradecido, siempre agradecido.

El teatro te permite alcanzar el corazón de cada espectador con la yema de los dedos”

El actor, ¿nace o se hace?

Yo tengo muy claro que, en mi caso, no nací actor y si lo hice no me enteré de ello hasta mucho más tarde. Siempre fui “inquieto mental”, me encantaba leer todo tipo de literatura, que mezclaba con comics de toda clase, escribía en libretas todo lo que se me pasaba por la cabeza, dibujaba, etc. Pero, si de algo estaba seguro era que pisar los escenarios no era lo mío, mi nivel de vergüenza e inseguridades, siempre ha sido muy alto. Más tarde, cuando me picó el gusanillo, o me lo metió mi “maestrica”, y siempre a base de trabajo, esfuerzos y estudio, fue cuando logré convertirme en actor, por lo tanto, en mi caso me hice y me sigo haciendo, aquí no se puede parar. Con esto no quiero decir que un actor no pueda nacer, que también los hay, pero el trabajo siempre es necesario y a los que nacen también les viene muy bien.

¿Qué diferencia a un actor de una estrella? ¿Es la fama lo que hace al actor?

Que no seas una estrella, no quiere decir que no seas un actor y no todo actor se convierte en estrella. Yo considero a un actor como estrella, cuando su recorrido es lo suficientemente rico, tanto en cantidad, como en calidad. Otra cosa es la fama. La fama, a veces, es una trampa. Lo voy a explicar con un ejemplo: yo he topado con algunos alumnos, afortunadamente pocos, que el primer día, cuando les pregunto: “¿por qué quieres hacer interpretación?” contestan… “porque quiero ser famoso”. Entonces les hago una segunda pregunta: “¿y quienes son tus referentes?”, es en ese momento, cuando pronuncian los nombres de todos los personajes de los “realitys”. Un escalofrío recorre mi espalda, y empiezo a hablarles de los actores y actrices más importantes, nacionales e internacionales, pero no conocen a casi ninguno, y que decir si menciono directores. Estos alumnos, puede que algún día sean famosos, pero seguro que nunca serán estrellas, ni probablemente actores o actrices “de verdad”. 

El éxito, ¿es cuestión de suerte o de talento?

Pienso que desgraciadamente el éxito, es más suerte que talento. No siempre es necesario tener talento para alcanzar el éxito, basta con lograr llamar la atención en un momento dado. Sin embargo, sí puedes tener un gran talento y no alcanzar nunca el éxito. En este caso la frase “estar en el lugar y el sitio apropiado” refleja por completo la más cruda realidad de esta profesión.

“El éxito, es más suerte que talento”

¿Qué personaje te ha marcado más a nivel personal?

Considero que todo personaje, siempre, deja alguna huella en el actor que los interpreta, al igual que todo actor añade algo suyo a cada personaje al que da vida. De todos se aprende en mayor o menor medida, por lo tanto, todos marcan de un modo u otro.

Personalmente, no defino a ninguno en concreto, quizá cualquiera de los que, por su posición más radicalmente opuesta a mí, me haya obligado a empatizar con él, pues siempre ha logrado que, de algún modo, pueda comprender su forma de ver las cosas, y eso después yo he podido aplicarlo a mi vida diaria y a mis relaciones interpersonales.

¿Cuál ha sido el papel más complicado al que te has tenido que enfrentar?

Ese lo tengo más claro, fue Pepe “El Chalán”, el personaje al que interpreté en la película “Bajo un manto de estrellas” (2014) de Oscar Parra de Carrizosa. Se trataba de un personaje rudo, zafio, violento y desagradable, demasiado alejado de mi forma de ser, tuve que trabajar mucho su mundo interno para lograr empatizar con su personalidad, además, se trataba de un personaje real y esa era una responsabilidad aún mayor. Quizá ha sido el personaje más radical al que me he enfrentado.

¿Qué personaje te gustaría interpretar?

Me considero un actor bastante dúctil y maleable, consiguiendo amoldarme a todo tipo de personajes, en ese aspecto creo que no tengo preferencias. Afortunadamente, he tenido la posibilidad de dar vida a gran cantidad de personajes, más y menos afines a mí. Pero quizá me inclino por los más alejados a mi personalidad y psicológicamente complicados. Me gusta enfrentarme a todo tipo de retos, ponerme a prueba y no cerrar nunca la puerta, ni juzgar a un personaje. Probablemente, el más complicado sea el que más satisfacciones personales provoque.

¿Cuéntanos quién es tu actor fetiche?

En esto me baso en mis propias preferencias a la hora de enfrentar a un personaje, por ejemplo, me encanta Christian Bale y su extrema facilidad para cambiar de registros. Me gustan los actores y actrices que sorprenden con cada personaje, y por lo tanto, para mí se convierten de inmediato en referentes y modelos a seguir. Lo confieso, les admiro y envidio, sanamente, a partes iguales.

¿Te atreverías a decirnos con qué director te gustaría trabajar?

¿Vale si digo que con tod@s? Considero que los directores para los actores, son como los maestros, todos son capaces de enseñarte un mundo nuevo, y a mi, me gustaría verlos todos.

¿Cómo se te antoja el panorama de la interpretación en España actualmente?

En lo referente al cine, opino que el mayor ranking a superar está en los espectadores. Es lamentable el desapego que hay por parte del público a nuestro propio cine, cuando creo que en realidad tenemos, y siempre hemos tenido, una producción de gran calidad. Yo consumo gran cantidad de cine español, procuro ver prácticamente todo lo que se hace, y por lógica, no todo es bueno, pero eso mismo, pasa en todo el cine que llega de fuera. Una película “floja” española, se suele tildar de “es una mierda». Una película “floja” norteamericana, la calificamos de “cine palomitas”. Conclusión, no le damos una segunda oportunidad a nuestro propio producto, pero seguimos consumiendo el norteamericano. De igual modo pasa con una buena producción nacional, tendemos a clasificarla como “buena”, y la norteamericana como “obra maestra”. Por lo que mi opinión final es que “ni tanto, ni tan calvo”.

En lo referente a la calidad actoral, debo decir que hay mucha gente buena que está ocupando el lugar que les corresponde, nuevos talentos que garantizan calidad, sin olvidar a los veteranos que además de afianzar su merecida presencia, acompañan y apadrinan a estas nuevas promesas, asegurando un futuro prometedor para todos. Y lo mejor, mucho talento por descubrir, en pequeñas salas de teatro y en modestas producciones audiovisuales, que consolidad la continuidad de nuestras producciones.

Además de actor, eres docente, ¿qué nos puedes contar del mundo de la interpretación en las aulas? 

Me siento afortunado de poder trabajar con todo tipo de alumnos, desde niños de cuatro años, hasta jovenzuelos de ochenta y cinco. Con alumnos que solo quieren jugar y alumnos que quieren cumplir sus sueños. Con personas que luchan contra complejos y dificultades, y con gente que desea evadirse de ellos. Pero todos y cada uno de ellos, con ilusión y deseos de aprender.

Hay mucho talento que seguro llegará hasta lo más alto y conseguirá dedicarse a este fantástico mundo, al igual que hay mucho talento, al que le basta, con poder disfrutar de unas clases amenas entre amigos, aprendiendo un arte que le ayuda a recordar que nunca hay que dejar de jugar.

¿Qué echas en falta en el mundo académico? 

El apoyo institucional. Empezando por los colegios públicos, en los que considero que la asignatura de teatro debería ser algo indispensable en todos los cursos y para todos los alumnos, y no solo como aprendizaje o salida profesional, sino como formación de la personalidad, fortalecimiento de la confianza, creación de responsabilidad, compromiso de solidaridad y trabajo en equipo, todo ello tan importante en el desarrollo de nuestros hijos.

También considero que tendría que haber más apoyo para las escuelas de formación especializada, facilitando el acceso a todos los alumnos que quieran adquirir una mayor preparación.

¿A qué retos se enfrentan los alumnos? 

Generalmente todos suelen coincidir en el mismo reto, el mostrarse en público, en esas actuaciones finales, en el juicio por parte del público o incluso en el juicio diario de sus propios compañeros. La lucha contra sí mismos y lo que piensan como propias limitaciones, sin darse cuenta que en realidad no tienen límites y son capaces de todo lo que se propongan.

¿Qué consejos les das?

Que se diviertan, que se olviden de todo y se diviertan, que jueguen, que limpien su mente, que regresen a su infancia, que olviden sus vergüenzas y prejuicios. Y sobre todo que confíen en ellos, porque será la magia de la interpretación o los duendes, pero al final siempre sale.

“La asignatura de teatro debería ser algo indispensable en todos los cursos y para todos los alumnos”

Durante la cuarentena has podido trabajar el cortometraje «Mascarilla», hablamos de este proyecto.

Pues “Mascarilla” surge de las ganas de trabajar de una muy buena y aplicada alumna mía, Paz Puebla, que aceptó el reto de realizar este cortometraje durante el confinamiento. Juntos trabajamos la idea, desarrollamos el guion y le fuimos dando forma, después grabamos por separado y se realizó el montaje final. Queríamos dar un punto de humor ácido a las diferencias de opinión que han surgido a raíz de esta Pandemia, tratando de resaltar que los radicalismos y los extremos, no llevan a ningún lado. También aprovecho para decir que hemos disfrutado tanto de la experiencia, que ya hay más proyectos juntos en camino y que pronto verán la luz.

Acabas de sacar un libro de microrelatos, cuéntanos más sobre esta obra.

Este libro “21 Microteatros para dar el cante”, es una recopilación de microteatros escritos por mi y enfocados, inicialmente, a los alumnos de mis clases de interpretación, que los trabajarían durante el último trimestre del curso y los representarían al final del mismo.

Para llegar a estos textos quise tener en cuenta a los propios alumnos, y tras pedirles que formaran parejas o tríos de trabajo, les invité a que sugirieran temas musicales en los que basar sus obras. Una vez conocidas las personas implicadas en cada microteatro y la canción con la que querían trabajar, llegó el momento de dar rienda suelta a la imaginación y la creatividad.

Fue entonces cuando se vino encima esta pandemia y todo se detuvo, pero yo quise terminar de dar forma a estos textos y recopilarlos en este libro, del que ahora mismo estoy muy orgulloso.

No es tu primer trabajo literario, hablamos de tu faceta como escritor. ¿De dónde surgen las ideas? ¿dónde encuentras la inspiración?

Exacto, “21 Microteatros para dar el cante” es mi segundo libro publicado, el primero fue la novela de intriga “Número PUK”, publicada por Ediciones Oblicuas en 2011.

En el caso de este segundo libro, la idea surge de las canciones y de mis ganas de proporcionar a mis alumnos, textos escritos a medida, para de ese modo, no solo facilitar su trabajo sobre el escenario, dándoles la posibilidad de brillar, sino también de hacerles trabajar de forma más directa sobre sus propias necesidades de crecimiento actoral.

El primer libro, surgió de la intención de explorar en la psicología más oscura de las personas, tratando de entender las necesidades que llevan, a un sujeto concreto, a cometer las más atroces acciones. Y, para ello, basé mis investigaciones en las múltiples noticias, que a diario, nos muestran este tipo de trágicos y lamentables comportamientos.

Pero por lo general, las ideas surgen del día a día, del momento, de la situación…, no tengo nada concreto que me haga sentarme y escribir. A veces lo hago en casa, sentado cómodamente frente al ordenador, otras en el transporte público durante los trayectos al trabajo, o incluso andando por la calle. Se trata de aprovechar el instante y aunque sea de mala manera, tomar notas de esa idea que ha surgido, ya habrá tiempo para desarrollar esa idea.

¿Cuáles son tus próximos retos profesionales?

Siempre estoy abierto a todo, y ahora, con este parón provocado por el dichoso COVID19, más que nunca. En estos momentos nos toca reinventarnos, adaptarnos a una nueva forma de trabajo, a espectáculos con formatos nuevos para todos, tanto para los profesionales, como para los espectadores, nos toca aprender de nuevo, educarnos, para poder crear y para poder disfrutar. Por lo tanto, creo que mi principal reto, ahora mismo, soy yo.

En estos momentos nos toca reinventarnos, adaptarnos a una nueva forma de trabajo, a espectáculos con formatos nuevos (…) nos toca aprender de nuevo, educarnos, para poder crear y para poder disfrutar”

Coan Gómez

Actor, profesor de interpretación, escritor y dramaturgo, con más de 20 años sobre los escenarios y 10 años dedicados a la docencia. Autor de “21 Microteatros para dar el cante” y “Número PUK”.

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